frente sindical de acción climática

Marchamos en defensa del planeta

El vier­nes 22 de abril de 2022 las Orga­ni­za­cio­nes sin­di­ca­les, socia­les, ambien­ta­les y polí­ti­cas nos movi­li­za­mos en una Mar­cha Glo­bal por el Cli­ma al con­me­mo­rar­se el Día de la Tie­rra bajo la con­sig­na “la deu­da es con el sur”, en la que recla­ma­mos por el avan­ce del pro­yec­to de ley de hume­da­les, la tran­si­ción ener­gé­ti­ca jus­ta y el fomen­to a la agroecología.

Rocío Godoy

Los miles de mani­fes­tan­tes que es su mayo­ría de ellos eran jóve­nes nos acom­pa­ña­ron des­de la Pla­za de Mayo don­de avan­za­mos por Ave­ni­da de Mayo has­ta el Con­gre­so de la Nación con las ban­de­ras y recla­mos de una “Ley de hume­da­les ya” y “Tran­si­ción ener­gé­ti­ca justa”.

Nues­tra com­pa­ñe­ra Rocío Godoy ora­do­ra en el acto de cie­rre dijo:

Como sin­di­ca­tos esta­mos con­ven­ci­dos que la cri­sis eco­sis­té­mi­ca es el desa­fío más sig­ni­fi­ca­ti­vo al que se enfren­ta­rá el mun­do en los pró­xi­mos 30 años, y que debe­mos empe­zar ya o per­de­re­mos el com­ba­te con­tra el cam­bio cli­má­ti­co, con terri­bles con­se­cuen­cias para todos los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras, y para sus comunidades.

La cri­sis cli­má­ti­ca tie­ne y, cada vez será peor, una inci­den­cia no sólo ambien­tal sino que eco­nó­mi­ca y social que si bien es cier­to que nos afec­ta­rá a todos, no lo hará de la mis­ma mane­ra, sino que tam­bién acre­cen­ta­rá las actua­les desigualdades.

Por eso como repre­sen­tan­tes de los tra­ba­ja­do­res, debe­mos tra­ba­jar en una tran­si­ción jus­ta hacia una eco­no­mía ambien­tal­men­te sos­te­ni­ble con moda­li­da­des de tra­ba­jo que pro­te­jan al medio ambien­te para las gene­ra­cio­nes actua­les y futu­ras con pers­pec­ti­va de géne­ro, pro­mo­vien­do la jus­ti­cia social y el tra­ba­jo decente.

En esta par­te del sur del mun­do, Amé­ri­ca lati­na en gene­ral y Argen­ti­na en par­ti­cu­lar, el deba­te se encuen­tra cen­tra­do en dos ideas urgen­tes: por un lado en cómo hacer fren­te a los efec­tos e impac­tos del cam­bio cli­má­ti­co y por otro lado cómo hacer el mejor uso posi­ble del con­cep­to inter­na­cio­nal de Tran­si­ción Justa.

El con­cep­to de Tran­si­ción Jus­ta se aso­cia con el Prin­ci­pio de Res­pon­sa­bi­li­da­des Comu­nes pero Dife­ren­cia­das y reafir­ma para nues­tros paí­ses del Sur la posi­bi­li­dad de com­pa­ti­bi­li­zar el cre­ci­mien­to de nues­tras eco­no­mías con los obje­ti­vos de com­ba­te con­tra el ham­bre y erra­di­ca­ción de la pobreza.

Quie­ro seña­lar dife­ren­cias sus­tan­cia­les en el sur glo­bal: Para el pri­mer caso (cómo hacer fren­te a los efec­tos e impac­tos del cam­bio cli­má­ti­co) pade­ce­mos un défi­cit de infra­es­truc­tu­ra que se agra­va con LOS IMPACTOS las con­se­cuen­cias del cam­bio cli­má­ti­co y ese défi­cit es resul­ta­do de años de dete­rio­ro en los tér­mi­nos de inter­cam­bio comer­cial inter­na­cio­nal y que se agra­va con el des­igual finan­cia­mien­to cli­má­ti­co: que es poco, nos lle­ga tar­de (recién tene­mos algu­nos pocos pro­yec­tos pilo­to) y se orien­ta fun­da­men­tal­men­te a la miti­ga­ción pos­ter­gan­do las deman­das sec­to­ria­les de adaptación.

La Tran­si­ción Jus­ta en el sur glo­bal impli­ca finan­cia­mien­to para la adaptación.

Por eso nos com­pro­me­te­mos a tra­ba­jar des­de las cen­tra­les obre­ras en un pro­yec­to de ley sobre tran­si­ción jus­ta ya que no hay per­so­nas más capa­ci­ta­das y cono­ce­do­ras de la mate­ria y la reali­dad labo­ral que noso­tros como repre­sen­tan­tes de los trabajadores.

Des­de el Fren­te Sin­di­cal de Acción Cli­má­ti­ca vemos la nece­si­dad de incluir la mira­da de l@s trabajador@s en la des­car­bo­ni­za­cion de la eco­no­mía para lograr una reac­ti­va­ción real­men­te inclu­si­va y sostenible.

Enten­de­mos que es fun­da­men­tal que haya una mayor com­pren­sión de los impac­tos de la cri­sis cli­má­ti­ca sobre el empleo y de las medi­das de miti­ga­ción de las emi­sio­nes para ase­gu­rar que los gru­pos más vul­ne­ra­bles estén pre­pa­ra­dos para enfren­tar los cam­bios nece­sa­rios y evi­tar que se pro­fun­di­ce aún más la exclu­sión. Debe dise­ñar­se una tran­si­ción jus­ta y, para que esto sea posi­ble, las medi­das de miti­ga­ción deben ser acom­pa­ña­das de medi­das de pro­tec­ción en los casos en que pue­da haber efec­tos nega­ti­vos sobre el empleo o los ingresos.

Los tra­ba­ja­do­res y las tra­ba­ja­do­ras sabe­mos que esta­mos inmer­sos en un mode­lo irra­cio­nal de pro­duc­ción y con­su­mo glo­bal que nos gene­ra nece­si­da­des arti­fi­cia­les en vez de orien­tar­se a la satis­fac­ción públi­ca y comu­ni­ta­ria de las nece­si­da­des reales y fun­da­men­ta­les para la exis­ten­cia, como la ali­men­ta­ción uni­ver­sal, la sani­dad, la edu­ca­ción, la cul­tu­ra, la vivien­da, la pro­vi­sión de agua y demás ser­vi­cios básicos.

Des­de cada una de nues­tras orga­ni­za­cio­nes debe­mos ser agen­tes de cam­bio, garan­ti­zan­do que el empleo, el tra­ba­jo decen­te y la inclu­sión social for­men par­te inte­gral de cual­quier estra­te­gia de desa­rro­llo sostenible.

Un enfo­que de desa­rro­llo sos­te­ni­ble que colo­que a las per­so­nas, al pla­ne­ta y la equi­dad en el cora­zón de la toma de deci­sio­nes, no sólo es nece­sa­rio sino imprescindible.

Otro mun­do es posi­ble, pero es impo­si­ble pen­sar­lo sin los sin­di­ca­tos par­ti­ci­pan­do acti­va­men­te de las dis­cu­sio­nes medioambientales.

Por­que sin jus­ti­cia cli­má­ti­ca no exis­te la jus­ti­cia social.